Me ignora lo suficiente y muerdo sus labios

A quien no conozco me presento o soy presentado. Ella elude la presentación. Tal vez un despiste inocente. La escucho hablar, como todos los presentes. Nunca me mira, yo a ella sí, fija y discretamente. No sé si ella lo nota. Cuando hablo, me miran y me escuchan, todos menos ella. Entra y sale. Qué casualidad. Justo cuando hablo yo. Esquiva mi mirada y mi voz, durante toda la velada. Me ignora. No la conozco de antes. Sé su nombre al escucharlo nombrar. Acaba la tertulia, nos despedimos todos, menos ella y yo... Me evita. ¡Maleducada! Pienso un instante. Salimos a la calle. Ella se va sola. La sigo de cerca hasta doblar una esquina. Lo justo. La llamo por su nombre una vez. Se gira y me vé. "Ah, hola", dice. Me acerco lentamente, callado, directo a los ojos. Me quedo a menos de un palmo. Sus ojos son ahora retantes. Lo suficiente... Anulo la distancia y muerdo sus labios con los míos, despacio y suave. Sólo los labios en contacto. Sin palabras. Sólo beso. Quieta, abre su boca... Y nos prolongamos...

¡Besemos más!