miércoles, 10 de diciembre de 2008

Y la caja de galletas... O simple ejercicio versal

La nota sobre la mesa
escrita a mano traviesa:
Me voy una temporada,
ya no estoy enamorada...
Escueto, corto y conciso;
dice sólo lo preciso:
Será imposible llamarme,
no intentes localizarme.
Me llevo las tres macetas,
mis trapos en dos maletas,
y la caja de galletas...
¿Mensaje de despedida
de mi mujer más querida?
Luego venía la rúbrica:
Linda, la que ya no es única.
La letra oscura e impúdica,
como queriendo insultar.
¿Cómo se pudo enterar?
¡Un imprevisto fatal!
Me siento traidor total...

Por tocar la mala herida
tal vez perdío la partida.
Todo se paga en la vida...

7 comentarios:

  1. Está claro que cuando hacemos algo mal, debemos medir hasta el más mínimo detalle si no queremos que se lleven... la caja de galletas...

    Besicos

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  2. Nota: os recuerdo que es una fábula, el que se ha quedado sin galletas es sólo un personaje...

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  3. Jorsss si se lleva la caja de galletas..la cosa es grave-grave...(yo es lo primero que me llevaría, vamos! jeje)

    :D

    Besitos!

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  4. Si las cajas de galletas hablaran,
    cuantos poetas versarían historias con sus relatos.
    Si las cajas de galletas se dejaran,
    las penas con galletas, serían menos penas.
    ¿Eran con azúcar, sin azúcar, con chocolate, con fibra, con ....
    no sería donde había estado guardando los "dineros" Linda, durante la convivencia?.
    (Que las mujeres no dejamos cabo suelto).

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